jueves, 18 de noviembre de 2010

Unos 45 niños reciben cuidados de primera calidad en un hogar

El hogar Mita Pyahú Roga, de Presidente Franco, Alto Paraná, cumple ocho años de servicio albergando a 45 niños y niñas y ofreciéndoles cuidados de primera calidad. La institución se caracteriza por la atención que brinda a sus internos y por formar con ellos una gran familia feliz.

El local,  funciona en una casa grande, que había sido prestada al principio por un voluntario pero que está en proceso de compra.  Alberga a niños desde los 2 años hasta los 17. Son chicos en su mayoría huérfanos, víctimas de explotación y maltrato de parte de sus propios padres que por esa razón perdieron la custodia.

Cada niño guarda una historia un tanto desagradable y triste por las malas experiencias vividas, pero mediante el buen trabajo del equipo que cuida el hogar, ellos casi no recuerdan sus orígenes y se los ve felices en la gran familia que conforman con esperanzas de no volver a sufrir.

Gysella Ambrosioni, una de las encargadas del hogar, manifestó que la institución cumplirá su octavo aniversario de fundación y que sobrellevan esta misión con más dificultades desde que el fundador falleció. “Mi padre, Jorge Roberto inició con este proyecto que anheló toda su vida. El siempre quiso tener un espacio para estos chicos y lo logró pero lamentablemente falleció hace unos meses y desde entonces nos dejó esta herencia que sin él es más complicado sobrellevar”, indicó.

La mujer, pese a recordar la situación con mucha tristeza, dijo que la institución de igual manera funciona en perfectas condiciones, con problemas como cada casa pero sin mayores inconvenientes. “Nos seguimos manteniendo con la colaboración de empresas, voluntarios y personas anónimas. Gracias a ellos podemos asistir a estos chicos que no tienen otro lugar y nos sentimos muy bendecidos porque siempre logramos paliar las necesidades”, señaló.

Explicó que todos los niños y niñas van a la escuela, reciben asistencia médica, odontológica, tienen sus espacios recreativos, de paseos y que tratan de brindarles una buena calidad de vida. “Ellos se alimentan muy  bien, estudian, salen, se divierten, ven televisión y pasan a gusto todos los días en el hogar. Además ellos mismos colaboran con las actividades domésticas de la casa y son muy ordenados”, refirió.

Ambrosioni administra el local con el apoyo de otros dos hermanos. Hay una cocinera contratada, una persona que colabora con la parte de lavandería, y varios voluntarios que cuidan de los chicos. “Nos turnamos con mis hermanos para cuidar de la casa. Además contamos con el apoyo de voluntarios como María Elena que está con nosotros hace años. De esta manera tratamos de sobrellevar este lindo proyecto que mi padre inició y nos dejó como herencia”, añadió.

PROYECTO. La institución no cuenta con el apoyo de ninguna institución del gobierno y solicita ayuda para iniciar un taller de artes y oficios. El plan contempla habilitar un sector del local para brindar cursos a los chicos, de manera a que cuando cumplan su mayoría de edad, salgan de la casa teniendo un oficio y la posibilidad de trabajar.

En la casa hay tres equipos informáticos que fueron donados pero que no funcionan. Además se necesitaría voluntarios para enseñar. Gysella solicita ayuda de personas que quieran aportar su grano de arena para enseñar algo útil a los niños. “Queremos que estudien informática, herrería, peluquería o cualquier otra cosa que les ayude a aprender un buen oficio. Estamos con las puertas abiertas para cualquier tipo de colaboraciones”, manifestó.

NECESIDADES. La encargada del hogar señaló que aunque existen muchas personas que colaboran para el mantenimiento del local, de igual manera existen falencias que cubrir. “Necesitamos donaciones en frutas, verduras, carnes, artículos de higiene personal entre otras cosas. La gente generalmente trae alimentos no perecederos pero hay productos que faltan para completar la comida diaria de nuestros chicos”, sostuvo.

El local donde funciona la institución, cuenta con todas las dependencias bien organizadas para separar a los niños y niñas. Tiene dormitorios y sanitarios sexados, una sala de televisión, salas de estudios, un patio de esparcimiento, la cocina, comedor, lavandería y otros espacios útiles para los internos.

La casa al principio fue prestada pero luego los dueños pidieron 50 mil dólares para venderla. Ambrosioni dijo que una persona de buen corazón confirmó que comprará la casa para que ya no dependan de nadie. Agradeció la gran ayuda y dejo su número telefónico para que otras personas interesadas en colaborar puedan hacerlo. 061.550.222 / 0983.557.229.   

martes, 2 de noviembre de 2010

Albergue “Misión Colita”

Un alegre coro de ladridos y maullidos recibe a los visitantes que llegan al albergue “Misión Colita”, de Hernandarias, donde unos 78 perros y 16 gatos, abandonados, y que fueron recogidos de la calle, comparten el mismo cálido espacio, desde que Naida Dávalos y Javier Medina les abrieron las puertas de la casa.

Naida y Javier forman una joven pareja, casados desde hace cuatro años, y confiesan que siempre tuvieron un gran cariño por los perros y gatos. “Mi esposa siempre tuvo este sueño de habilitar un albergue para perros abandonados y cuando nos casamos empezamos a trabajar en esto, hasta que logramos habilitar el local”, explica Javier.

Empezaron con esta tarea hace dos años aproximadamente, con 8 perros recogidos de las calles. Luego la cifra fue aumentando hasta llegar a 100 en algunas ocasiones. “Primero fueron sólo un lugar para perros, pero como a mí me gustan mucho los gatos, también decidimos crear un espacio para ellos”, señala Javier.

Todos los animales que están aquí, fueron recogidos de Ciudad del Este y Hernandarias. Algunos fueron abandonados frente a la institución, una vez que se supo que el lugar albergaba a animales. “Recogimos a perros de varias razas, mestizos, enfermos, heridos y algunos inclusive en estado muy grave. Los trajimos, los curamos, alimentamos y ahora viven aquí felices”, nos cuentan.

ESTRUCTURA
El albergue está ubicado en una propiedad, perteneciente a la pareja, que tiene 20 hectáreas, pero sólo ocupan un espacio determinado donde están situadas las casetas caninas, todos por secciones y en otro sector la de los gatos.

El local está dividido a su vez en lugares para perros bravos, para los animales más pequeños y débiles, para las hembras, y otro sector para los perros mansos. “Todos están ubicados de acuerdo al comportamiento de cada animal. Es una forma de mantener el sitio ordenado y por sobre todo para que los perros se lleven bien entre sí”, explica Javier Medina.

Los animales reciben raciones de buena calidad, atención veterinaria, baño, y todo lo necesario para que se mantengan en buenas condiciones. “Nosotros tenemos un gasto promedio de 9 millones de guaraníes en las comidas, remedios, pago de funcionarios y otros gastos. Eso lo pagamos con fondos propios porque casi no tenemos apoyo”, acota.

Hay tres personas voluntarias que colaboran con medicamentos y un poco de dinero en efectivo, pero necesitan más ayuda. “Precisamos medicamentos para perros, comida y todo lo que estos animales requieren para su bienestar. Mi señora y yo pagamos todos los gastos”, añade Javier.

ADOPCIÓN
Los animales de este albergue están listos para ser adoptados por personas que realmente quieran tener animales en su casa. Algunos de los requisitos que se exigen son: tener un patio cerrado, integrarle al animal como parte de la familia y cuidarlo como corresponde.

Los dueños del local entregan los perros sanos, con todas las vacunas que deben tener, y convenientemente castrados para evitar que se reproduzcan. “Luchamos contra la reproducción de perros porque la gente no se quiere hacer responsable y abandonan mucho a los animales. Por eso todos nuestros caninos y gatos ya están castrados”, aclara Medina.

FALENCIA
Alto Paraná no cuenta con una perrera municipal, pese a que hace mucha falta. En las calles de las diferentes localidades se pueden observar perros abandonados. Muchos de ellos, por la falta de cuidados padecen enfermedades fulminantes que propagan al estar expuestos en la vía pública.

Los dueños del albergue Misión Colita, piden a las autoridades gubernamentales alguna solución para este problema e instan a que la ciudadanía no maltrate ni abandone a sus animales.

Actualmente el local se encuentra colapsado y los dueños ya no podrán recibir a otros animales hasta que los demás sean dados en adopción y haya más espacio. 

Los interesados en colaborar para el mantenimiento de este hogar de animales, pueden comunicarse con Naida al celular 0981-897-899.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Hogar Revivir acoge a niños con Sida

Con tan poco tiempo de vida, L. de 6 años, A. de 2 años y C. de tan sólo 1 añito de vida, ya sufren la despiadada discriminación de la sociedad y aún sin saber el por qué. Ellos nacieron con VIH Sida y fueron recogidos en el Hogar Revivir. A pesar de la enfermedad que padecen, ellos transmiten esperanza y alegría por continuar viviendo.


El hogar ubicado en Hernandarias, Alto Paraná, abrió sus puertas hace pocos meses, con la finalidad de atender a niños portadores del VIH Sida. Actualmente ocho criaturas, son atendidas allí e intentando integrarse a esta nueva familia. Allí recibirán el tratamiento adecuado y todos los cuidados necesarios.


El local funciona desde octubre pasado, cuando recibió a la primera paciente, L. de 6 años, quien nació con ya con esta enfermedad. Posteriormente se sumó A., de dos años, quien está con un cuadro terminal y la pequeña C. de tan sólo un año. Todos nacieron con el VIH, ya que sus madres son portadoras del mal.


Sus fundadores, son Elimar y Nilda López, ambos de nacionalidad brasileña, quienes explicaron cómo fueron los pasos seguidos para que el hogar fuera habilitado. “Yo soy enfermero y trabajé muchos años en el hospital para sidosos en Brasil. De ahí nació un amor hacia estos enfermos y cuando llegamos a Paraguay, pudimos constatar aquí, que las personas con Sida viven totalmente desamparadas”, indica Elimar.


El extranjero manifestó que en su país de origen, cada sidoso recibe una jubilación, canastas básicas mensualmente y todo el tratamiento necesario en un moderno hospital. “Aquí no hay hospital para sidosos y tampoco reciben apoyo del gobierno. Por eso decidimos trabajar para acoger al menos, a los niños que nacen con el mal y que no tienen la culpa de nada”, señala.

Los chicos viven en la casa particular de la pareja que tiene dos hijos adolescentes de 15 y 16 años. “Decidimos convertir nuestra casa en el Hogar Revivir, porque no tenemos otro lugar disponible, pero igualmente sentimos la necesidad de crear algo así. Tampoco tenemos apoyo económico, sólo nos mantenemos con donaciones de amigos y vecinos”, dice.


Los niños reciben el tratamiento correspondiente en el hogar, además de asistencia odontológica y psicológica. La pareja se encarga de suministrarles los medicamentos, de su cuidado diario y llevarlos al Hospital Regional de Ciudad del Este para el control. Sólo la niña mayor recibe esporádicamente la visita de su madre, mientras que los demás niños, pareciera que fueron olvidados.


INCONVENIENTES
Nilda explicó que cuidar a los chicos enfermos no es una tarea fácil y pero lo más difícil de todo, es reintegrarlos a la sociedad. “Antes venían las vecinitas a jugar con L. pero hace poco se enteraron que era portadora del VIH y desde ese momento nunca más volvieron. Ahora ella debe iniciar la escuela, pero aún no encontramos una institución que quiera aceptarla”, indica.


La mujer reclamó el desconocimiento de la gente sobre este mal y su preconcepto. “La gente tiene miedo y discrimina a los sidosos. Esto es injusto, tratándose de niños. Ellos tienen los mismos derechos como cualquier otra criatura. La enfermedad sólo se transmite por transfusión de sangre o relación sexual. No por besos, ni abrazos ni usar los mismos cubiertos”, añadia.


La señora López dijo que ama los niños como si fueran suyos y que todos forman una gran familia. “Estamos felices por lograr este hogar. Nuestra misión es reestructurar todo porque algún día pensamos volver a nuestro país”, acota.


NECESIDADES
Elimar López manifestó que nadie puede trabajar en otro lugar. Toda la familia se dedica a cuidar a los niños y el hogar y que no tienen tiempo para otras actividades. “Mi señora los cuida en la casa y se encarga de todos los detalles. Yo me hago cargo de su control médico. A veces es necesario viajar a Asunción para algún tratamiento específico”, señala.


Sostuvo que reciben como ayuda, víveres, medicamentos y otras cosas pero que necesitan de todo un poco. “Hacen falta artículos de limpieza, verduras, frutas para alimentar a nuestro chicos. Además necesitamos combustible para los traslados, ropas, otros medicamentos y muebles para el hogar. Estamos por recibir a dos bebes más y ya nos donaron una cuna pero aún falta equipamiento para el dormitorio”, acota.

Otra de las prioridades del Hogar, es habilitar una nueva cocina con un comedor más amplio, obra ya iniciada, pero que para su culminación, se necesitará de la colaboración de toda aquella gente de buen corazón. 


Esperamos la generosidad de personas que quieran ayudarnos porque nuestra casa se está volviendo demasiado chica. Queremos recibir a otros niños pero para eso debemos tener las condiciones necesarias”, relata.


El Hogar Revivir fue aprobado por una resolución municipal y es el primer local que recibe a niños con Sida en el Alto Paraná. Los niños son traídos por orden judicial y con el apoyo de la CODENI. La institución cuenta con una comisión, integrada por los médicos que tratan a los chicos, vecinos y amigos que ayudan para mantener el local.

Toda persona que quiera colaborar con el Hogar Revivir, puede comunicarse a los teléfonos: 0983-606 578 / 0631-22707